lunes, 2 de junio de 2014

Principales obras

La ciudad y los perros

La obra está ambientada en el Colegio Militar Leoncio Prado, donde adolescentes y jóvenes internos reciben formación escolar secundaria bajo una severa disciplina militar. Se narran las diferentes historias de unos muchachos que descubren y aprenden a convivir con una forma de vida enloquecedora que no les permite desarrollarse como personas, y donde se les somete y humilla. No obstante, a través de este sistema, algunos encuentran la fortaleza necesaria para asumir sus retos.
Se critica la forma de vida y cultura castrenses, donde se potencian valores determinados como la agresividad, la valentía, la hombría y la sexualidad, que mutilan el desarrollo personal de los muchachos de ese internado. Con gran abundancia de personajes, las vidas de estos se van entrecruzando, hasta tejer el tapiz de la obra. El nudo del relato se concentra en torno al robo de las preguntas de un examen, que es delatado por un cadete apodado el Esclavo, quien luego muere, posiblemente a manos de otro cadete apodado El Jaguar. Otro cadete, el Poeta, tratará inútilmente de denunciar al Jaguar. Todo ello enfrentará a los cadetes entre sí, y a todos ellos con las autoridades del colegio, que son a la vez oficiales del ejército. El epílogo de la novela hace constancia de lo que ha sido el colegio para los protagonistas: una estación de paso que los ha formado o deformado, para integrarlos a la sociedad civil.

La casa verde

Es posible distinguir tres historias “base”: la de Don Anselmo, la del Sargento Lituma y la del bandido Fushía.

Don Anselmo es un forastero que funda un prostíbulo en Piura, conocido como “La Casa Verde”. Ante ello el cura García, junto con otros “guardianes de la moral” de la ciudad inician una lucha frontal contra el “antro de perversión”, al cual terminan por incendiar. Don Anselmo cae en la miseria y se dedica a tocar el arpa en las cantinas. Años después, su hija, apodada “La Chunga”, funda otra casa-burdel al cual bautiza con el mismo nombre de la anterior.
Lituma es un piurano o mangache más que frecuenta la Casa Verde (la regentada por La Chunga), junto con sus amigos, tipos vagos y vividores como él, apodados “los Inconquistables”. Tiempo después se alista en la Guardia Civil, siendo el sargento en el poblado selvático de Santa María de Nieva. Allí conoce a Bonifacia o “La Selvática”, una lugareña de ascendencia aguaruna, con quien se casa y regresa a Piura. Pero al reunirse de nuevo con sus amigos “inconquistables”, recae en las andadas y termina por ser encarcelado, mientras su esposa se prostituye en la Casa Verde. Al salir de prisión, Lituma no solo no hace nada para rescatar a su esposa, sino que junto con sus amigos empieza a vivir a expensas de ella.
Fushía es un contrabandista de origen japonés, quien junto con una muchacha iquiteña llamada Lalita, se instala en una isla del río Santiago, cerca de la frontera con Ecuador, donde se dedica a robar mercaderías a las tribus vecinas. Le ayuda su fiel amigo Aquilino, quien se encarga de llevarle dinero y víveres a cambio de las mercaderías robadas. Pero empieza a maltratar a Lalita y esta huye junto con otro fugitivo, el práctico Adrián Nieves, traidor del Ejército. Solitario y víctima de lepra, Fushía es trasladado por su amigo Aquilino al leprosorio de San Pablo, cerca de Iquitos.
Los cachorros

No es fácil determinar el tema principal de esta novela breve. Se suele relacionar directamente con "La ciudad y los perros", por el argumento (la adolescencia y la juventud, los problemas de adaptación, la sociedad fiera que castiga al que no sigue sus reglas o cumple sus requisitos...). La novela muestra la falta de adaptación propiciada por algo insalvable, la castración física. Esta castración puede simbolizar esa falta de machismo en el personaje (Pichula Cuéllar), rasgo que caracteriza esta sociedad retratada. Cuéllar, sin embargo, nunca rechaza este machismo, sino que intenta adaptarse a él, aun sabiendo que no puede.

Puede tomarse, pues, como una crítica a la presión que la sociedad ejerce sobre el individuo diferente. La pandilla de amigos (que representa la sociedad), le aceptan, le toleran, pero cuando se hacen mayores y su rebeldía cesa, se apartan de él. Los padres del chico son también parte de esta sociedad. No facilitan el camino a su propio hijo, no le incitan a la autorreflexión, ni reflexionan ellos, tan solo se compadecen, e intentan ocultar el problema. Hay, entonces, también, una crítica personal muy fuerte, lo que realmente causa la infelicidad de Cuéllar: su malestar, su conducta, es su falta de reflexión y conocimiento de sí mismo. Cuéllar no se acepta, mantiene en completo silencio su problema, intenta seguir los cánones del grupo, que nunca podrá seguir plenamente por su castración.

Sólo hay un momento que permite ver una especie de pensamiento más profundo y de rebeldía frente al grupo, es el enamoramiento de Teresita. Con la llegada de la chica, Cuéllar siente cosas nuevas. Incluso aparecen nuevos intereses que desconciertan a sus amigos que piensan que quiere admirarla, hablando de “cosas raras y difíciles” (1967:93) como la religión, la política, el espiritismo... Cuando el protagonista revela a sus amigos su amor por ella confiesa, casi inaudiblemente, que no quiere empezar una relación con la chica, porque no quiere luego dejarla. Pero no busca soluciones. Pronto, y ante la incomprensión del grupo rechaza sus primeros sentimientos, no encuentra una resolución que no sea el miedo, y vuelve a fracasar, lo que le provocará una caída cada vez más fuerte.

Elogio de la madrastra

Lucrecia y Rigoberto son un matrimonio burgués, sin grandes pretensiones terrenales, que practica el sexo de forma repetida a lo largo de la novela. No es amor platónico el que existe entre ambos, son relaciones frívolas, lúdicas y alegres.

Rigoberto realiza una serie de rituales físicos y mentales preparatorios antes de las relaciones, mientras que Lucrecia y Fonchito se comportan como si entre ellos existiera una clara tendencia hacia el incesto. Existe además una trama fantástica que se relaciona con cuadros famosos que representan escenas eróticas, entre ellos uno del pintor peruano Fernando de Szyszlo y uno del maestro flamenco Jacob Jordaens.

El héroe discreto

Trata de las historias paralelas de dos empresarios en el pujante Perú actual: Felícito Yanaqué, pequeño empresario de Piura, e Ismael Carrera, exitoso hombre de negocios de Lima.

Felícito Yanaqué, dueño de "Transportes Narihualá", está casado con Gertrudis y es padre de dos hijos, Miguel - de cuya paternidad duda por sus rasgos blancos y cuya gestación forzó su matrimonio con Gertrudis- y Tiburcio. Sin embargo, goza de momentos de una juvenil felicidad en las visitas a su amante, Mabel. La paz de Felícito se verá empañada por la sucesiva aparición de unas misivas de unos extorsionadores que le exigen el pago de una cuota y que aparecen firmadas con una pequeña araña. Siguiendo el consejo que le dejó su padre en su lecho de muerte: "Nunca te dejes pisotear por nadie, hijo. Este consejo es la única herencia que vas a tener", se resiste a pagar la cuota que se le exige y pone el caso en manos de la policía, encargándose de su caso el capitán Silva y el sargento Lituma. Se convierte en una celebridad al hacer frente a los extorsionadores, que llegarán a quemar su local y a secuestrar a su amante Mabel. La investigación de este secuestro supondrá el esclarecimiento de este asunto llevando a inesperados descubrimientos.


Por su parte, Ismael Carrera, dueño de una aseguradora, trama una sorpresiva venganza contra sus dos hijos holgazanes - Miki y Escobita - que celebraron anticipadamente su muerte cuando sufrió un infarto. Dicha venganza consistirá en el matrimonio con su sirvienta Armida, con la que se casará a espaldas de sus hijos, siendo sus testigos su chófer Narciso y el gerente de su empresa, Don Rigoberto. Durante su larga luna de miel en Europa, sus testigos habrán de hacer frente a las intrigas de sus hijos, que quieren anular el matrimonio declarando la incapacidad de su padre. Especialmente valiente será la actitud de Don Rigoberto, que tiene planes de disfrutar de una pronta jubilación con su esposa Lucrecia y su hijo Fonchito; este último también alterará la paz familiar con la historia de las sucesivas apariciones de un misterioso señor llamado Edilberto Torres.

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